El sistema feudal
Uso del tĆ©rmino «feudalismo»
El fracaso del proyecto polĆtico centralizador de Carlomagno llevó, en ausencia de ese contrapeso, a la formación de de un sistema polĆtico, económico y social que los historiadores han convenido en llamar feudalismo, aunque en realidad el nombre nació como un peyorativo para designar del Antiguo RĆ©gimen por parte de sus crĆticos ilustrados. La Revolución francesa suprimió solemnemente "todos los derechos feudales" en la noche del 4 de agosto de 1789 y "definitivamente el rĆ©gimen feudal", con el decreto del 11 de agosto.La generalización del tĆ©rmino permite a muchos historiadores aplicarlo a las formaciones sociales de todo el territorio europeo occidental, pertenecieran o no al Imperio carolingio. Los partidarios de un uso restringido, argumentando la necesidad de no confundir conceptos como feudo, villae, tenure, o seƱorĆo lo limitan tanto en espacio (Francia, Oeste de Alemania y Norte de Italia) como en el tiempo: un "primer feudalismo" o "feudalismo carolingio" desde el siglo VIII hasta el aƱo 1000 y un "feudalismo clĆ”sico" desde el aƱo 1000 hasta el 1240, a su vez dividido en dos Ć©pocas, la primera, hasta el 1160 (la mĆ”s descentralizada, en que cada seƱor de castillo podĆa considerarse independiente, y se produce el proceso denominado incastellamento); y la segunda, la propia de la "monarquĆa feudal"). HabrĆa incluso "feudalismos de importación": la Inglaterra normanda desde 1066 y los estados latinos de oriente creados durante las Cruzadas (siglos XII y XIII).32
Otros prefieren hablar de "rĆ©gimen" o "sistema feudal", para diferenciarlo sutilmente del feudalismo estricto, o de sĆntesis feudal, para marcar el hecho de que sobreviven en ella rasgos de la antigüedad clĆ”sica mezclados con contribuciones germĆ”nicas, implicando tanto a instituciones como a elementos productivos, y significó la especificidad del feudalismo europeo occidental como formación económico social frente a otras tambiĆ©n feudales, con consecuencias trascendentales en el futuro devenir histórico.Nota 8 MĆ”s dificultades hay para el uso del tĆ©rmino cuando nos alejamos mĆ”s: Europa Oriental experimenta un proceso de "feudalización" desde finales de la Edad Media, justo cuando en muchas zonas de Europa Occidental los campesinos se liberan de las formas jurĆdicas de la servidumbre, de modo que suele hablarse del feudalismo polaco o ruso. El Antiguo RĆ©gimen en Europa, el islam medieval o el Imperio bizantino fueron sociedades urbanas y comerciales, y con un grado de centralización polĆtica variable, aunque la explotación del campo se realizaba con relaciones sociales de producción muy similares al feudalismo medieval. Los historiadores que aplican la metodologĆa del materialismo histórico (Marx definió el modo de producción feudal como el estadio intermedio entre el esclavista y el capitalista) no dudan en hablar de "economĆa feudal" para referirse a ella, aunque tambiĆ©n reconocen la necesidad de no aplicar el tĆ©rmino a cualquier formación social preindustrial no esclavista, puesto que a lo largo de la historia y de la geografĆa han existido otros modos de producción tambiĆ©n previstos en la modelización marxista, como el modo de producción primitivo de las sociedades poco evolucionadas, homogĆ©neas y con escasa división social -como las de los mismos pueblos germĆ”nicos previamente a las invasiones- y el modo de producción asiĆ”tico o despotismo hidrĆ”ulico -Egipto faraónico, reinos de la India o Imperio chino- caracterizado por la tributación de las aldeas campesinas a un estado muy centralizado.33 En lugares aĆŗn mĆ”s lejanos se ha llegado a utilizar el tĆ©rmino feudalismo para describir una Ć©poca. Es el caso de Japón y el denominado feudalismo japonĆ©s, dadas las innegables similitudes y paralelismos que la nobleza feudal europea y su mundo tiene con los samurĆ”is y el suyo. TambiĆ©n se ha llegado a aplicarlo a la situación histórica de los periodos intermedios de la historia de Egipto, en los que, siguiendo un ritmo cĆclico milenario, decae el poder central y la vida en las ciudades, la anarquĆa militar rompe la unidad de las tierras del Nilo, y los templos y seƱores locales que alcanzan a controlar un espacio de poder gobiernan en Ć©l de manera independiente sobre los campesinos obligados al trabajo.
El vasallaje y el feudo
Un vasallo arrodillado realiza la inmixtio manum durante el homenaje a
su seƱor, sentado. Un escribiente toma nota. Todos estƔn sonrientes.
Por tanto, la realidad que se enuncia como relaciones feudo-vasallĆ”ticas es realmente un tĆ©rmino que incluye dos tipos de relación social de naturaleza completamente distinta, aunque los tĆ©rminos que las designan se empleaban en la Ć©poca (y se siguen empleando) de manera equĆvoca y con gran confusión terminológica entre ellos:
El vasallaje era un pacto entre dos miembros de la nobleza de distinta categorĆa. El caballero de menor rango se convertĆa en vasallo (vassus) del noble mĆ”s poderoso, que se convertĆa en su seƱor (dominus) por medio del Homenaje e Investidura, en una ceremonia ritualizada que tenĆa lugar en la torre del homenaje del castillo del seƱor. El homenaje (homage) -del vasallo al seƱor- consistĆa en la postración o humillación -habitualmente de rodillas-, el osculum (beso), la inmixtio manum -las manos del vasallo, unidas en posición orante, eran acogidas entre las del seƱor-, y alguna frase que reconociera haberse convertido en su hombre. Tras el homenaje se producĆa la investidura -del seƱor al vasallo-, que representaba la entrega de un feudo (dependiendo de la categorĆa de vasallo y seƱor, podĆa ser un condado, un ducado, una marca, un castillo, una población, o un simple sueldo; o incluso un monasterio si el vasallaje era eclesiĆ”stico) a travĆ©s de un sĆmbolo del territorio o de la alimentación que el seƱor debe al vasallo -un poco de tierra, de hierba o de grano- y del espaldarazo, en el que el vasallo recibe una espada (y unos golpes con ella en los hombros), o bien un bĆ”culo si era religioso.
La encomienda, encomendación o patrocinio (patrocinium, commendatio, aunque era habitual utilizar el tĆ©rmino commendatio para el acto del homenaje o incluso para toda la institución del vasallaje) eran pactos teóricos entre los campesinos y el seƱor feudal, que podĆan tambiĆ©n ritualizarse en una ceremonia o -mĆ”s raramente- dar lugar a un documento. El seƱor acogĆa a los campesinos en su feudo, que se organizaba en una reserva seƱorial que los siervos debĆan trabajar obligatoriamente (sernas o corveas) y en el conjunto de las pequeƱas explotaciones familiares (mansos) que se atribuĆan a los campesinos para que pudieran subsistir. Obligación del seƱor era protegerles si eran atacados, y mantener el orden y la justicia en el feudo. A cambio, el campesino se convertĆa en su siervo y pasaba a la doble jurisdicción del seƱor feudal: en los tĆ©rminos utilizados en la penĆnsula ibĆ©rica en la Baja Edad Media, el seƱorĆo territorial, que obligaba al campesino a pagar rentas al noble por el uso de la tierra; y el seƱorĆo jurisdiccional, que convertĆa al seƱor feudal en gobernante y juez del territorio en el que vivĆa el campesino, por lo que obtenĆa rentas feudales de muy distinto origen (impuestos, multas, monopolios, etc.). La distinción entre propiedad y jurisdicción no era en el feudalismo algo claro, pues de hecho el mismo concepto de propiedad era confuso, y la jurisdicción, otorgada por el rey como merced, ponĆa al seƱor en disposición de obtener sus rentas. No existieron seƱorĆos jurisdiccionales en los que la totalidad de las parcelas pertenecieran como propiedad al seƱor, siendo muy generalizadas distintas formas de alodio en los campesinos. En momentos posteriores de despoblamiento y refeudalización, como la crisis del siglo XVII, algunos nobles intentaban que se considerase despoblado completamente de campesinos un seƱorĆo para liberarse de todo tipo de cortapisas y convertirlo en coto redondo reconvertible para otro uso, como el ganadero.34
Junto con el feudo, el vasallo recibe los siervos que hay en Ć©l, no como propiedad esclavista, pero tampoco en rĆ©gimen de libertad; puesto que su condición servil les impide abandonarlo y les obliga a trabajar. Las obligaciones del seƱor del feudo incluyen el mantenimiento del orden, o sea, la jurisdicción civil y criminal (mero e mixto imperio en la terminologĆa jurĆdica reintroducida con el Derecho Romano en la Baja Edad Media), lo que daba aĆŗn mayores oportunidades para obtener el excedente productivo que los campesinos pudieran obtener despuĆ©s de las obligaciones de trabajo -corveas o sernas en la reserva seƱorial- o del pago de renta -en especie o en dinero, de circulación muy escasa en la Alta Edad Media, pero mĆ”s generalizada en los Ćŗltimos siglos medievales, segĆŗn fue dinamizĆ”ndose la economĆa-. Como monopolio seƱorial solĆan quedar la explotación de los bosques y la caza, los caminos y puentes, los molinos, las tabernas y tiendas. Todo ello eran mĆ”s oportunidades de obtener mĆ”s renta feudal, incluidos derechos tradicionales, como el ius prime noctis o derecho de pernada, que se convirtió en un impuesto por matrimonios, buena muestra de que es en el excedente de donde se extrae la renta feudal de manera extraeconómica (en este caso en la demostración de que una comunidad campesina crece y prospera).
Los órdenes feudales
Orator, bellator et laborator (clérigo, guerrero y labrador); o sea, los tres órdenes medievales. Letra capitular de un manuscrito.
Las funciones de los órdenes feudales estaban fijadas ideológicamente por el agustinismo polĆtico (Civitate Dei -426-), en bĆŗsqueda de una sociedad que, aunque como terrena no podĆa dejar de ser corrupta e imperfecta, podĆa aspirar a ser al menos una sombra de la imagen de una "Ciudad de Dios" perfecta de raĆces platónicasNota 9 en que todos tuvieran un papel en su protección, su salvación y su mantenimiento. Esta idea fue reformulada y perfilada a lo largo de la Edad Media, sucesivamente por autores como Isidoro de Sevilla (630), la escuela de Auxerre (Haimón de Auxerre -865- en la abadĆa borgoƱona en la que trabajaban Erico de Auxerre y su discĆpulo Remigio de Auxerre, que seguĆan la tradición de Escoto EriĆŗgena), Boecio (892), Wulfstan de York (1010), Gerardo de Cambrai (1024) o Adalberón de Laon; y utilizada en textos legislativos como la llamada Compilación de Huesca de los Fueros de Aragón (Jaime I), y el Código de las Siete Partidas (Alfonso X el Sabio, 1265).35
Los bellatores o guerreros eran la nobleza, cuya función era la protección fĆsica, la defensa de todos ante las agresiones e injusticias. Estaba organizada piramidalmente desde el emperador, pasando por los reyes y descendiendo sin solución de continuidad hasta el Ćŗltimo escudero, aunque atendiendo a su rango, poder y riqueza puede clasificarse en dos partes diferenciadas: alta nobleza (marqueses, condes y duques) cuyos feudos tienen el tamaƱo de regiones y provincias (aunque la mayor parte de las veces no en continuidad territorial, sino repartido y difuso, lleno de enclaves y exclaves); y la baja nobleza o caballeros (barones, infanzones), cuyos feudos son del tamaƱo de pequeƱas comarcas (a escala municipal o inferior a la municipal), o directamente no poseen feudos territoriales, viviendo en los castillos de seƱores mĆ”s importantes, o en ciudades o poblaciones en las que no ejercen jurisdicción (aunque sĆ pueden ejercer su regimiento, es decir, participar en su gobierno municipal en representación del estado noble). A finales de la Edad Media y en la Edad Moderna, cuando la nobleza ya no ejercĆa su función militar, como era el caso de los hidalgos espaƱoles, que aducĆan sus privilegios estamentales para evitar el pago de impuestos y obtener alguna ventaja social, alardeando de ejecutoria o de blasón y casa solariega, pero que al no disponer de rentas feudales suficientes para mantener la manera de vida nobiliaria, corrĆan el peligro de perder su condición por contraer un matrimonio desigual o ganarse la vida trabajando:
Pues la sangre de los godos,AdemĆ”s de la legitimación religiosa, a travĆ©s de la cultura y el arte laicos (la Ć©pica de los cantares de gesta y la lĆrica del amor cortĆ©s de los trovadores provenzales) se difundĆa socialmente la legitimación ideológica de la forma de vida, la función social y los valores de la nobleza.36
y el linaje e la nobleza
tan crescida,
¡por cuĆ”ntas vĆas e modos
se pierde su grand alteza
en esta vida!
Unos, por poco valer,
por cuƔn baxos e abatidos
que los tienen;
otros que, por non tener,
con oficios non debidos se mantienen.
Copla X de las Coplas a la muerte de su padre de Jorge Manrique
Asesinato de Santo TomƔs Becket (1170), provocado por el rey de Inglaterra, anteriormente su aliado. Vidriera de la catedral de Canterbury (siglo XIII).
Excomunión de Roberto II de Francia (998), en una recreación de pintura histórica por Jean-Paul Laurens (1875).
Los laboratores o trabajadores, eran el pueblo llano, cuya función era el mantenimiento de los cuerpos, la función ideológicamente mĆ”s baja y humilde -humiliores eran los cercanos al humus, la tierra, mientras que sus superiores eran honestiores, los que podĆan mantener la honra u honor-.Nota 11 Necesariamente los mĆ”s numerosos, y la inmensa mayorĆa de ellos dedicados a tareas agrĆcolas, dado la bajĆsima productividad y rendimiento agrĆcola, propios de la Ć©poca preindustrial y del muy escaso nivel tĆ©cnico (de ahĆ la identificación en castellano de laborator con labrador). Por lo comĆŗn estaban sometidos a los otros estamentos. El pueblo llano estaba compuesto en su gran mayorĆa por campesinos, siervos de los seƱores feudales o campesinos libres (villanos), y por artesanos, que eran escasos y vivĆan, bien en las aldeas (aquellos de menor especialización, que solĆan compartir las tareas agrĆcolas: herreros, talabarteros, alfareros, sastres) o en las pocas y pequeƱas ciudades (los de mayor especialización y de productos de necesidad menos apremiante o de demandada de las clases altas: joyeros, orfebres, cereros, toneleros, tejedores, tintoreros). La autosuficiencia de los feudos y los monasterios limitaba su mercado y capacidad de crecer. Los oficios de la construcción (canterĆa, albaƱilerĆa, carpinterĆa) y la misma profesión de maestro de obras o arquitecto son una notable excepción: obligados por la naturaleza de su trabajo al desplazamiento al lugar donde se construye el edificio, se transformaron en un gremio nómada que se desplazaba por los caminos europeos comunicĆ”ndose novedades tĆ©cnicas u ornamentales transformadas en secretos de oficio, lo que estĆ” en el origen de su lejana y mitificada vinculación con la sociedad secreta de la masonerĆa, que desde su origen los consideró como los primitivos masones.Nota 12
Las zonas sin dependencia intermedia de seƱores nobles o eclesiĆ”sticos se denominaban realengo y solĆan prosperar mĆ”s, o al menos solĆan considerar como una desgracia el pasar a depender de un seƱor, hasta el punto de que en algunas ocasiones conseguĆan evitarlo con pagos al rey, o se incentivaba la repoblación de zonas fronterizas o despobladas (como ocurrió en el reino astur-leonĆ©s con la despoblada Meseta del Duero) donde podĆan aparecer figuras mixtas, como el caballero villano (que podĆa mantener con su propia explotación al menos un caballo de guerra y armarse y defenderse a sĆ mismo) o las behetrĆas, que elegĆan a su propio seƱor y podĆan cambiar de uno u a otro si les convenĆa, o con la oferta de un fuero o carta puebla que otorgaba a un población su propio seƱorĆo colectivo. Los privilegios iniciales no fueron suficientes para impedir que con el tiempo la mayor parte de ellos cayeran en la feudalización.
Los tres órdenes feudales no eran en la Edad Media aĆŗn unos estamentos cerrados: eran consecuencia bĆ”sica de la estructura social que se habĆa ido creando lenta pero inexorablemente con la transición del esclavismo al feudalismo desde la crisis del siglo III (ruralización y formación de latifundios y villae, reformas de Diocleciano, descomposición del Imperio romano, las invasiones, el establecimiento de los reinos germĆ”nicos, instituciones del Imperio carolingio, descomposición de Ć©ste y nueva oleada de invasiones). Los seƱores feudales eran continuación de las lĆneas clientelares de los condes carolingios, y algunos pueden remontarse a los latifundistas romanos o los sĆ©quitos germanos, mientras que el campesinado provenĆa de los antiguos esclavos o colonos, o de campesinos libres que se vieron forzados a encomendarse, recibiendo a veces una parte de sus antiguas tierras propias en forma de manso "concedido" por el seƱor. El campesino heredaba su condición servil y su sujeción a la tierra, y rara vez tenĆa oportunidad de ascender de nivel como no fuera por su fuga a una ciudad o por un hecho todavĆa mĆ”s extraordinario: su ennoblecimiento por un destacado hecho de armas o servicio al rey, que en condiciones normales le estaban completamente vedados. Lo mismo puede decirse del artesano o el mercader (que en algunos casos podĆa acumular fortuna, pero no alterar su origen humilde). El noble lo era generalmente por herencia, aunque en ocasiones podĆa alguien ennoblecerse como soldado de fortuna, despuĆ©s de una victoriosa carrera de armas (como fue el caso, por ejemplo, de Roberto Guiscardo). El clero, por su parte, era reclutado por cooptación, con un acceso distinto segĆŗn el origen social: asegurado para los segundones de las casas nobles y restringido a los niveles inferiores del bajo clero para los del pueblo llano; pero en casos particulares o destacados, el ascenso en la jerarquĆa eclesiĆ”stica estaba abierto al mĆ©rito intelectual. Todo esto le daba al sistema feudal una extraordinaria estabilidad, en donde habĆa "un lugar para cada hombre, y cada hombre en su lugar", al tiempo que una extraordinaria flexibilidad, porque permitĆa al poder polĆtico y económico atomizarse a travĆ©s de toda Europa, desde EspaƱa hasta Polonia.
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