Edad del Cobre
La Edad del Cobre, tambiĆ©n llamada CalcolĆtico (gr. ĻαλκĻĻ, jalkós=cobre; gr. λίθοĻ, lĆthos=piedra) o EneolĆtico (lat. aenÄus=cobre; gr. λίθοĻ, lĆthos=piedra), es un perĆodo de la Prehistoria ubicado entre el NeolĆtico (Nueva Edad de la Piedra) y la Edad del Bronce.
El cobre fue uno de los primeros metales
que usó el hombre, utilizÔndolo inicialmente en su estado natural, el
cobre nativo, ya que desconocĆa los mecanismos por los cuales se podĆa
fundir el mineral. En estos primeros tiempos lo moldeaba gracias a las
tĆ©cnicas del martillado y/o del batido en frĆo, por lo que esta fase no es considerada todavĆa calcolĆtica sino neolĆtica.
El perfeccionamiento de las técnicas cerÔmicas le permitió la experimentación con los procesos metalúrgicos, comenzando asà a comprenderlos. Cuando ya los controlaba empezó a realizar diversas aleaciones con otros minerales, siendo las mÔs habituales la mezcla con arsénico, primero, y la posterior con estaño, la cual dio lugar al bronce.
Introducción
Cobre nativo
Anteriormente al VI milenio a. C. se han encontrado artefactos de cobre en el sur de TurquĆa y norte de Irak, pero, posiblemente, habĆan sido trabajados en frĆo o calentados ligeramente para conseguir algo de ductilidad. En la cueva de Shanidar (montes Zagros,
Irak) se han hallado colgantes hechos con cuentas de cobre en niveles
correspondientes al 9500 a. C., o sea, del NeolĆtico inicial.1
Pero las primeras evidencias claras de fundición (seƱaladas por la presencia de escorias de cobre) se han hallado en Ćatalhƶyük, en Anatolia,
y corresponden a un momento cercano al 6000 a. C. A lo largo del VI
milenio aparecen mÔs pruebas metalúrgicas por todo el sur de Anatolia,
Irak y los Zagros iranĆes, de lo cual se ha deducido que el sur de
Anatolia y el KurdistÔn (zonas ricas en minerales de cobre) pudieron ser las Ôreas nucleares donde se consiguió su fundición por primera vez.2
En PakistĆ”n se fundĆa el cobre hacia el 4000 a. C. y, poco despuĆ©s, tambiĆ©n en el norte de la India, Israel y Jordania.3 En Egipto y en los Balcanes se encuentran artefactos de cobre nativo no fundidos correspondientes al V milenio a. C., pero es durante el IV milenio a. C.
cuando se produjo el auge de la metalurgia calcolĆtica balcĆ”nica, en un
proceso de caracterĆsticas autóctonas que terminó por expandirse a la Grecia
continental y, posteriormente, a buena parte del resto de Europa,
gracias a las redes de intercambio (de objetos e ideas) existentes desde
el NeolĆtico. En el sur de la penĆnsula ibĆ©rica se han detectado tambiĆ©n procesos metalĆŗrgicos de origen autóctono durante el III milenio a. C., relacionados con las culturas arqueológicas de Los Millares y Vila Nova.2
En América hay constancia de la fundición del cobre desde principios del I milenio a. C., en los altiplanos boliviano y peruano, realizÔndose aleaciones con plata y oro desde el 500 a. C. en las actuales Colombia
y Perú. Casi siempre sirvió para fabricar objetos rituales o de
prestigio, siendo pocos los artefactos utilitarios encontrados. Sólo a
partir de la fase Chimú se comenzó a usar el cobre arsenicado.1
Contextualizando el CalcolĆtico
Aunque el CalcolĆtico debe su nombre y siempre se ha identificado con el uso de los primeros metales por parte del hombre, hay muchos otros procesos de cambio asociados que son incluso mĆ”s importantes que la propia metalurgia:- la intensificación de la producción;
- los nuevos modelos de ocupación del territorio;
- la especialización artesanal;
- el incremento de los intercambios;
- la estratificación social.
El aumento de la productividad en la agricultura se debió conseguir gracias al uso del arado; en el MediterrĆ”neo, ademĆ”s, con las tĆ©cnicas de regadĆo y la domesticación de la vid y del olivo, de todo lo cual se han encontrado indicios. AsĆ, se pudieron ampliar las superficies en explotación y, gracias a la aparición del carro, transportar los excedentes producidos para su intercambio. En la ganaderĆa se produjo lo que se ha venido a denominar revolución de los productos derivados, consecuencia del aprovechamiento de la fuerza motriz del ganado, de la leche (y sus derivados) y de la lana.4
Lingote de cobre minoico. Hallado en Zakros.
Todos estos cambios provocaron el paso del modo de producción domĆ©stico neolĆtico, autĆ”rquico y dirigido por grandes hombres, a una serie de economĆas integradas e interdependientes, controladas por jefes estables, que, ejerciendo la coerción, se apropiaban de los excedentes, con lo cual comenzaron a generarse las primeras grandes desigualdades en el seno de las sociedades. Asimismo se produjo un claro crecimiento demogrĆ”fico, que provocó la expansión, estabilización y nuclearización de las poblaciones, que, sobre todo en el Ć”rea mediterrĆ”nea, alcanzaron niveles considerados como proto-urbanos, con estructuras suntuarias, cierto urbanismo y una incipiente jerarquización de los asentamientos. A estas sociedades se les ha dado el calificativo de pre-estatales.6 4
El carĆ”cter transformador de la metalurgia probablemente debió incidir en las mitologĆas calcolĆticas generando divinidades demiĆŗrgicas (modificadoras de la materia), y la estratificación social se debió reflejar tambiĆ©n en unos panteones mĆ”s jerarquizados, regidos por deidades masculinas y guerreras, que desplazaron a las diosas madre neolĆticas.4
El CalcolĆtico inicial en el Próximo Oriente
Ćrea de difusión del uso del cobre nativo en el CalcolĆtico: 7500 a. C. 7500 – 7000 a. C. 7000 – 6500 a. C. 6500 – 5500 a. C.
En Mesopotamia la metalurgia del cobre (y del plomo) se detecta en las culturas de Samarra (Irak) y Tell-Halaf (Siria), hacia mediados del VI milenio a.C. En ambas se habĆa empezado a practicar la agricultura de regadĆo y se elaboraron cerĆ”micas hechas a mano de alta calidad, sobre todo los grupos halafienses, que construyeron santuarios, realizaron pequeƱas esculturas y utilizaban sellos. En el sur mesopotĆ”mico destaca el yacimiento de Eridu (para los sumerios la ciudad mĆ”s antigua, con estratos pertenecientes al principio del V milenio a.C.) que participó inicialmente de las anteriores culturas y donde se construyó un templo de pequeƱo tamaƱo. De la misma Ć©poca El Obeid nos ha legado cerĆ”mica hecha a torno, armas y adornos de metal, asĆ como templos monumentales que anticipaban los posteriores zigurat.7
Desde el 5000 a.C. en Ugarit (Siria) y desde el 4500 en Palestina y Biblos (LĆbano) comenzaron a manufacturarse pequeƱas cantidades de objetos metĆ”licos que en el caso de Biblos no sólo fueron de cobre sino tambiĆ©n de oro y plata.
En el valle del Nilo se desarrolló a partir del 4000 a.C. la cultura de Nagada, correspondiente al perĆodo predinĆ”stico y conocedora ya de la metalurgia, aunque la mayorĆa de los objetos encontrados se fabricaron en piedra. Ha sido considerada un protoestado, con agricultura de regadĆo y una extensa necrópolis con claras diferencias sociales. Durante esta Ć©poca aparecieron las convenciones artĆsticas8 y los signos religiosos (de inicial carĆ”cter totĆ©mico) que estructuraron posteriormente el Egipto faraónico. Asimismo, se desarrolló una importante artesanĆa que utilizó de manera limitada los minerales de cobre, oro y plata (procedentes seguramente de la penĆnsula del SinaĆ) para crear alfileres, amuletos y otros adornos.9
Los Balcanes en el IV milenio a.C.: primeros protoestados europeos
"Cabeza de un Ćdolo" correspondiente al grupo de Gumelnitsa
Los elementos de cobre mĆ”s fabricados fueron herramientas tipo hachas, perforadas y de doble uso (hacha-pico, martillo o azada), asĆ como adornos (anillos, brazaletes y alfileres). Mas todo ello era Ćŗnicamente para la ostentación de sus poseedores, no de uso utilitario, ya que los artefactos fabricados en piedra eran mucho mĆ”s fuertes y duraderos. Los metales sirvieron bĆ”sicamente para afianzar la posición de las Ć©lites emergentes, como expresión de su estatus social, de su poder, algo que refleja claramente la necrópolis calcolĆtica de Varna. AllĆ se han encontrado hasta 3000 objetos de oro, la mayorĆa de pequeƱo tamaƱo; unos cincuenta elementos de cobre; millares de cuentas y brazaletes de conchas; hojas de sĆlex; cuentas de cuarzo; Ćdolos de hueso y cerĆ”micas pintadas tipo Gumelnitsa. La gran mayorĆa de estos objetos estaban asociados a unas pocas tumbas y cenotafios, denominados principescos, mĆ”s ricos los masculinos que los femeninos; un segundo grupo de enterramientos que cuentan con unas pocas piezas preciosas y Ćŗtiles de cobre han sido asociados con una Ć©lite de artesanos especializados; un tercer grupo mĆ”s numeroso dispone de un Ćŗnico adorno o pieza utilitaria, ademĆ”s de cerĆ”mica; finalmente, la mayorĆa de las sepulturas sólo tienen como ajuar un solitario vaso cerĆ”mico o incluso nada. En esta necrópolis se advierte la estructura piramidal de una sociedad compleja, en la cual unos pocos individuos ostentaban el liderazgo del grupo, acaparaban las riquezas y lo manifestaban a travĆ©s de unos sĆmbolos exclusivos de su clase social: el oro, el cobre y las conchas procedentes del mar Egeo.12
La excavación de numerosos asentamientos de nueva creación hace suponer que la demografĆa experimentó un importante auge: se ha estimado que sólo en la actual Bulgaria hubo unos 1000 poblados, de muy distintas dimensiones, habitados por cerca de 100 000 personas. AdemĆ”s, la planificación previa de muchos de estos asentamientos, con planta rectangular o circular, fortificaciones, orientados a los puntos cardinales y con dos calles principales que se cruzan en el centro, nos indica que estamos ante un estadio social protourbano. La aparición de viviendas singulares (diferenciadas de las demĆ”s) y de edificios reservados al culto (abundantes en ofrendas, tesoros y figurillas), ademĆ”s de talleres cerĆ”micos y/o metalĆŗrgicos, nos aproximan a un escenario definido como propio de una civilización. Por si esto no fuera suficiente, se han hallado en VinƧa y Gumelnitsa tabletas de arcilla, cerĆ”micas y un sello grabados con ideogramas, considerados el primer intento europeo de escritura. Pero todo este brillante proceso cultural quedó bruscamente interrumpido hacia el 3000 a. C. sin que se sepan exactamente las causas: quizĆ”s una crisis ambiental o las "invasiones" kurganas, o una mezcla de ambas.13
Karanovo-Gumelnitsa
Vaso cerƔmico de Gumelnitsa
Ćsta se evidencia en necrópolis como la de Varna (ver supra), datada hacia el 4500 a. C.11 y en cuyas tumbas encontramos grandes diferencias entre los ajuares, que evidencian caracteres hereditarios y denotan la existencia de una Ć©lite principesca. Por lo general las inhumaciones mantenĆan el rito tradicional (en posición fetal), aunque aparecen algunos cadĆ”veres en posición estirada, asĆ como cenotafios (tumbas simbólicas sin cuerpo pero con ajuar).
La religión aparece reflejada a travĆ©s de ciertos edificios considerados templos, que albergan en su interior altares decorados en rojo sobre blanco con motivos solares y espirales. Se supone que serĆa una religión solar, asociada al culto de la Diosa madre, cuyos Ćdolos (muy esquematizados) aparecen en abundancia. TambiĆ©n se encuentran figurillas votivas con rasgos individuales, tanto femeninas como masculinas y de parejas.
En la fase Karanovo VI (hacia 3600 a. C.) se explotaban las minas de calcopirita de Ai Bunar en Stara Zagora, de las que se conocen 11 pozos de 20 m de profundidad. Se utilizaba el fuego para resquebrajar las rocas y extraer el mineral. Ćste era convertido en polvo en las aldeas cercanas, para despuĆ©s transportarlo a los lugares donde se fundĆa.11 La cerĆ”mica es como la de la Ćŗltima fase de Boian, pintada al grafito, apareciendo despuĆ©s nuevas formas como copas de borde grueso sin decorar, recipientes finos de dos asas y los "askoi".
VinƧa
De la fase VinƧa-Plocnik se conocen las minas de Rudna Glava en Bor, donde se explotaban durante el IV milenio a. C. unos 30 pozos mediante sistemas similares a los de Ai Bunar. EstĆ”n consideradas como las evidencias europeas mĆ”s antiguas de la minerĆa del cobre. El urbanismo muestra continuidad con la fase neolĆtica anterior, con la salvedad de que los poblados suelen estar fortificados. Se han encontrado figurillas antropomorfas de terracota y depósitos de artefactos metĆ”licos.14Cucuteni-Tripolje
En las actuales Ucrania occidental, Moldavia y parte de Rumania, se desarrolló esta cultura arqueológica identificada a travĆ©s de sus recipientes globulares y sus enormes poblados rodeados por fosos y terraplenes. En ella se practicaba el enterramiento en postura extendida. Los cultos a la Diosa madre y a las divinidades animales adoptaron formas mĆ”s definidas, construyĆ©ndose templos y altares al aire libre, asĆ como fosas rituales en las que aparecen (junto a restos animales, vasos, cenizas y trozos de adobe) huesos humanos, lo cual hace pensar en posibles sacrificios rituales de personas. La aparición de cerĆ”mica impresa a cordón evidencia contactos con Sredny Stog.Los grandes asentamientos del sur de Ucrania solĆan estar en lugares estratĆ©gicos y protegidos por trincheras y terraplenes, llegando a acoger entre 5000-8000 personas. Los edificios seguĆan un plan urbanĆstico, ordenados en cĆrculos concĆ©ntricos sucesivos, con callejones radiales que partĆan del centro y aprovechaban al mĆ”ximo el espacio disponible. Hay documentados barrios enteros de artesanos especializados, que disponĆan de hornos complejos y del torno alfarero, lo que les permitirĆa producir en serie su cerĆ”mica. En RumanĆa y Moldavia los asentamientos fueron algo menores, pero aun asĆ, de dimensiones considerables, como el de Petreny, que pudo tener entre 2000 y 4000 habitantes.15
Tiszapolgar
La cultura de Tiszapolgar, de tradición tesalia, desarrolló la metalurgia y con Ć©sta la estratificación social, visible a travĆ©s de sus ajuares, que incluyen hachas "mĆ”gicas", nódulos de sĆlex importado y hachas martillo de cobre.Los pueblos de los kurganes
Los grupos de los kurganes fueron asociados por Marija Gimbutas a la expansión por Europa de los idiomas indoeuropeos. Estos grupos eran una amalgama de pueblos diferentes que habitaban las estepas euroasiĆ”ticas al norte del mar Negro y que compartĆan algunos rasgos culturales comunes como los enterramientos en tĆŗmulos (kurganes), el uso del caballo o una economĆa ganadera.La cultura yamna, tambiĆ©n conocida como cultura de las Tumbas de Fosa, se caracterizaba por sus tumbas en forma de tĆŗmulo o "kurgĆ”n", apareciendo hacia 3500 a. C. al este del Volga y por todo el TurquestĆ”n. Instalaban sus pueblos en alturas, fortificĆ”ndolos a menudo. Su economĆa era mayoritariamente agropecuaria, con rebaƱos de ovejas sobre todo. Desarrollaron la metalurgia del cobre y una cierta especialización profesional, aunque las jerarquĆas no se reflejan con claridad antes del 3000 a. C.. Enterraban a sus difuntos bajo tĆŗmulos o kurganes (que a veces estĆ”n rodeados de lajas de piedra) en posición flexionada sobre su espalda, espolvoreando los cadĆ”veres con ocre o yeso y acompaƱƔndolos de ofrendas de carne y vasos cerĆ”micos. Cada tĆŗmulo suele contener varios enterramientos, lo que les darĆa carĆ”cter de mausoleos familiares.
SimultĆ”neamente, al oeste del Volga se produjeron considerables transformaciones que afectaron a la cultura de Sredny Stog II: a la gran importancia que adquirió el caballo, habrĆa que aƱadir una clara jerarquización social y la aparición de la decoración cerĆ”mica mediante la impresión de cuerdas (cerĆ”mica cordada, ver infra). En Crimea y el CĆ”ucaso se distinguen facies regionales, y un ejemplo excelente de una tumba principesca, la de Maykop, quizĆ”s un caudillo que dominó una amplia región. En la cuenca del alto y medio DniĆ©per se diferencia el grupo de Sofijevka, caracterizado por sepulturas de incineración a menudo muy próximas entre sĆ con una ocasional presencia de ocre en las tumbas.
El Egeo entre el IV y el III milenio a.C.: el alba de las culturas clƔsicas
Figurilla femenina ciclƔdica, hecha en mƔrmol, conserva restos de ocre
- aparición de la metalurgia del cobre poco antes del 3000 a.C.;
- incremento de la demografĆa;
- incremento de los intercambios entre islas y de Ʃstas con las costas continentales;
- aparición de edificios tipo megaron y de murallas;
- estratificación social.
En estas transformaciones debió jugar un papel importante la red de intercambios que conectaba las CĆcladas con Anatolia, el Ćtica, el Peloponeso, Creta y Rodas, y a travĆ©s de la cual se movĆan manufacturas lĆticas, sal y algunos elementos metĆ”licos, asĆ como ideas.17
Los poblados fortificados fueron, inicialmente, de modestos tamaƱos, no llegando a una hectĆ”rea de superficie la mayorĆa: Troya I, Lerna, DĆmini, Calandriani (isla de Siros), Panormo (en Naxos), Termi o Poliocni.16
HelƔdico inicial
DĆmini, situada en Tesalia, cerca de la ciudad de Volos, resulta interesante por su precocidad, ya que la fortificación estĆ” documentada durante todo el IV milenio a. C.: estructurada en seis recintos amurallados sucesivos y concĆ©ntricos, en el interior fue excavada una casa tipo megaron, que sugiere un precedente de los "palacios" en Ć©poca muy temprana.18CiclĆ”dico inicial
El considerable aumento demogrĆ”fico en las islas CĆcladas no pudo deberse a una intensificación agraria, ya que sus suelos son, en general, relativamente pobres, sino, mĆ”s bien, a su riqueza en materias primas: plata, cobre, obsidiana, mĆ”rmol, etc. El yacimiento de Calandriani, en la isla de Siros, ha sido considerado el arquetipo del momento, con muralla y bastiones semicirculares, viviendas rectangulares separadas por callejones, tumbas colectivas pero con ajuares diferenciados y abundantes Ćdolos femeninos de pequeƱo tamaƱo, con los brazos cruzados, sentadas o de pie y con el sexo muy evidente.16Minoico inicial (o antiguo)
Labrys minoico: doble hacha simbólica utilizada para usos ceremoniales.
Se han encontrado inhumaciones individuales bajo los suelos de las casas, en cuevas o en abrigos, pero también aparecen (sobre todo en la región de MesarÔ) enterramientos colectivos en tumbas circulares de hasta siete metros de diÔmetro, construidas en piedra y con ricos ajuares.19
Hacia finales del perĆodo la sociedad minoica aparecĆa claramente estratificada y con un sistema de jerarquización territorial en el cual asentamientos como Cnosos, Festos y VasilikĆ funcionaban como centros principales. No tenĆan estructuras defensivas ni edificios comunales, pero sĆ casas diferenciadas, que todavĆa no pueden considerarse palacios. La base económica era la agricultura, diversificada gracias al cultivo del almendro, olivo y la vid. El comercio y la artesanĆa estaban todavĆa poco desarrollados, aunque se importaba obsidiana de Milo, marfil de Egipto y, posiblemente, tambiĆ©n de allĆ metales preciosos.19
Malta: primeros templos megalĆticos
Nichos en el Ɣbside del templo de Ggantija, Malta.
El foco autóctono peninsular: Vila Nova y Los Millares
Cuenco oculado de Los Millares
Entre ambos grupos se extienden las regiones andaluza y extremeña en España, y el Alentejo y Algarve portugueses, muy influidos por los grandes centros de los Millares y Vila Nova, apareciendo poblados fortificados y abundantes megalitos: dólmenes de corredor, tholoi, cuevas artificiales, etc. Como en la fase anterior, las importaciones de materiales africanos y escandinavos (Ômbar) eran habituales, ya no sólo en Portugal sino también en el sur ibérico.
Vila Nova
En la Estremadura portuguesa y la penĆnsula de SetĆŗbal, comenzó a desarrollarse desde el 3100 a.C. aproximadamente, una gran complejidad cultural cuyo referente principal ha sido el yacimiento epónimo de Vila Nova de SĆ£o Pedro (VNSP),21 un pequeƱo asentamiento fortificado al norte del estuario del Tajo, donde se encontraron miles de puntas de flecha. La población conocida mĆ”s grande fue, sin embargo, Zambujal, situada justo en el centro de la penĆnsula de Estremadura y que parece acumular en su secuencia estratigrĆ”fica hasta seis niveles consecutivos, manteniendo siempre un recinto amurallado con escasas entradas. En esta región aparecen un total de 21 asentamientos fortificados, siendo habituales los enterramientos en cuevas artificiales, de los que se conocen una decena. En cambio, no se ha encontrado ningĆŗn tholos.A partir del 2900 a.C. es caracterĆstica de este grupo cultural la cerĆ”mica campaniforme, asĆ como la presencia de innumerables Ćdolos, tanto antropomorfos, como placas de piedra decorada, bĆ”culos de pizarra, betilos (columnillas troncocónicas de piedra con carĆ”cter votivo), lĆŗnulas de arcilla y simples falanges de toro.
Los Millares
Maqueta de un tholos caracterĆstico del poblado de Los Millares (Santa Fe de MondĆŗjar, AlmerĆa, EspaƱa)
El MediodĆa francĆ©s
Con una alta densidad demogrĆ”fica pero poblados pequeƱos, Ć©stos albergaban casas con muros de piedra en seco y tejados a doble vertiente. Algunos de los pueblos de Provenza estaban fortificados, habiĆ©ndose encontrado ademĆ”s dos fortalezas de esta Ć©poca en HĆ©rault.El hallazgo de puntas de flecha en algunos esqueletos, junto a la prĆ”ctica exitosa de trepanaciones para curar traumatismos craneales, inducen a pensar en que los conflictos eran habituales. AdemĆ”s, estĆ” comprobada la interrupción del comercio de sĆlex melado y de obsidiana, diversificĆ”ndose los puntos de extracción de piedra. El cobre utilizado se extraĆa localmente.
Los enterramientos eran de carĆ”cter colectivo, en megalitos tipo tholos, en cuevas artificiales y tambiĆ©n naturales, asĆ como en hipogeos y en galerĆas abandonadas de minas. La abundante cerĆ”mica encontrada, dividida en cinco tipologĆas, sufrió inicialmente un empobrecimiento formal en comparación con la Ć©poca anterior, asĆ como la pĆ©rdida de toda decoración.
Los herederos de los protoestados balcƔnicos
Al esplendor de VinƧa, Gumelnitsa, Salcuta, Cucuteni y Tiszapolgar les sucedió una serie de grupos cuyos poblados perdieron las caracterĆsticas protourbanas anteriores, desapareciendo todo rastro de ideogramas y cuya producción metalĆŗrgica se vio reducida a una dĆ©cima parte. Este brusco declive fue relacionado por Marija Gimbutas con unas supuestas invasiones de los pueblos de las estepas nordpónticas; segĆŗn Nandor Kalicz, con la entrada de grupos anatólicos. Actualmente, a las viejas explicaciones difusionistas se prefieren unos modelos menos rupturistas y con mĆ”s matices, aunque se reconoce una cierta aculturación externa: en esta Ć©poca la mayorĆa del cobre era de procedencia caucĆ”sica y un porcentaje significativo de recipientes cerĆ”micos seguĆan modelos orientales (cerĆ”mica cordada) o egeos (piezas lisas o acanaladas).22Cerdanova
En el Ć”rea de Gumeniltsa se desarrolló el grupo de Cerdanova, cuyos yacimientos mĆ”s caracterĆsticos son Ezero y Ezerevo, los cuales presentan estructuras de vivienda tradicionales y elementos cerĆ”micos de ascendencia forĆ”nea.23Los ritos fĆŗnebres se asociarĆan a los pueblos orientales, ya que la presencia de ocre en las tumbas es habitual. Entre los objetos rituales se han encontrado imĆ”genes de la Diosa Madre, hachas rituales y unos caracterĆsticos Ćdolos de arcilla en forma de ancla, de origen egeo, aunque propios tambiĆ©n de otras culturas balcĆ”nicas. El asentamiento de Ezero, aparece fortificado, albergando en su interior viviendas que, en lo esencial, siguen la tradición local y donde se han encontrado objetos de cobre arsenicado.
Pecel-Baden
En el Ć”rea de Tiszapolgar se desarrolló un caracterĆstico grupo, denominado Pecel en HungrĆa y Baden en Croacia y Serbia, cuyas distintas fases han sido denominadas Boleraz, Kostolac y Vucedol, sucesivamente. Los poblados se situaban en alturas o al borde de rĆos, estando formados por casas hechas con barro y madera, de pequeƱo tamaƱo y parcialmente excavadas en el suelo. Las tumbas conocidas son tumulares y sólo de individuos masculinos, acompaƱados habitualmente de animales sacrificados.22El hecho de fortificar los poblados evidencia una gran continuidad de poblamiento. El culto parece que estaba centrado en la Gran Madre exclusivamente, apareciendo tambiĆ©n algunas estatuillas humanas, posiblemente ofrendas. El ritual fĆŗnebre era muy variado, con grandes necrópolis en las que se encuentran enterramientos individuales en posición flexionada junto a sepulturas colectivas, en las cuales algunos cuerpos aparecen en posición sentada, con los rostros quemados y con los primeros torques de la arqueologĆa europea. TambiĆ©n hay incineraciones diversas, tumbas mĆŗltiples, sepulturas simbólicas (cenotafios) y tumbas rituales con animales (tanto aisladas como asociadas a enterramientos humanos).
Boleraz
La gente de Boleraz habitaba en pueblos fortificados con fosos y terraplenes, veneraban a la Gran Madre y a los dioses animales y poseĆan una cerĆ”mica de boca de embudo, bruƱida con brillos metĆ”licos, de excelente calidad. Pero su rasgo mĆ”s caracterĆstico era su ritual funerario de incineración en pequeƱos cĆrculos de piedras conocidos como crómlech, aportando un ajuar repetitivo consistente en: jarra, copa, hachas de piedra dura y adornos de conchas.Vucedol
En Vucedol (cerca de Vukovar), se excavó en el centro de la población una ciudadela (llamada gradac) en cuyo interior se halló una vivienda de tipo megaron, con taller metalĆŗrgico, asĆ como una sepultura de catacumba, similar a las nordpónticas. La cerĆ”mica, de excelente calidad, adoptó un nuevo estilo de acabado pulido con fondo negro; la decoración siguió siendo de motivos lineales (puntillado-acanalado, incisiones, impresiones), trazando tambiĆ©n espirales y cĆrculos concĆ©ntricos (que podrĆan tener significado solar) e incrustando pasta de colores rojo-blanco-amarillo. El asta se utilizaba para la producción de hachas rituales y el cobre en la fabricación de diversos tipos de hachas. En el culto ya no se encuentran imĆ”genes de la Gran Madre, sino sólo pequeƱos altares cerĆ”micos, Ćdolos con aspecto de rueda y recipientes zoomorfos rituales.A travĆ©s de los ajuares de este momento final del CalcolĆtico se percibe una fuerte estratificación, consecuencia de que los procesos metalĆŗrgicos estaban ya dominados con carĆ”cter exclusivo por los jefes de esta sociedad.22
El vaso campaniforme
Vaso campaniforme con motivos geomƩtricos incisos rellenos de pasta
blanca, procedente de un ajuar de Ciempozuelos (Madrid, EspaƱa)
Estos vasos cerĆ”micos son de excelente calidad, de color rojo o marrón-rojizo, decorados profusamente con bandas horizontales incisas (grabadas), excisas o impresas, con temas geomĆ©tricos, rayados, ajedrezados, etc. Los vasos mĆ”s tempranos han sido descritos como de estilo internacional, que incluirĆa los grupos MarĆtimo y AOO (all over ornamented/ornamentado y encordado completamente), mientras que los estilos posteriores se enmarcan en distintos desarrollos regionales.26
Aparte de la cerĆ”mica, lo que mejor define a este horizonte arqueológico son los ajuares funerarios, que suelen consistir, casi invariablemente, en un vaso cerĆ”mico, adornos manufacturados en hueso, botones con una caracterĆstica perforación en V, colgantes de arcilla en forma de creciente, espirales de oro, abundantes flechas denominadas de Palmela, puƱales triangulares de cobre y unas placas perforadas de esquisto que suelen considerarse brazales de arquero. Aunque en las Ć”reas de Vila Nova y Los Millares no hubo ruptura con las tradiciones funerarias megalĆticas anteriores, en el resto de Europa, segĆŗn fue avanzando el III milenio a. C., fueron generalizĆ”ndose los enterramientos individuales en cistas y fosas simples, en las cuales los cuerpos femeninos y masculinos eran depositados de manera diferenciada.
La relativa unidad del vaso campaniforme en Europa a finales del tercer milenio podrĆa explicarse como consecuencia de la gran interacción comercial provocada por unas Ć©lites Ć”vidas de bienes de prestigio, entre los que destacaba el vaso campaniforme. AsĆ, se podrĆa interpretar como una moda, una vajilla de lujo usada por las jefaturas europeas en ceremonias sociales en las que se asociaba a la bebida, empleada tambiĆ©n en pactos polĆticos, transmisión de conocimientos, alianzas matrimoniales, etc. Se sabe que sirvió para beber cerveza o hidromiel, segĆŗn lo demuestra el anĆ”lisis de los posos de la pieza escocesa de Ashgrove. Pero tambiĆ©n fue usado en algunos casos como recipiente de reducción para fundir minerales de cobre. Hay vasos que conservan restos orgĆ”nicos asociados con comidas e, incluso, algunos fueron empleados como urnas funerarias.27
La cerƔmica cordada
CerƔmica con impresiones cordadas del cementerio de Lilla Bedinge (SkƄne, Suecia)
Se conocen pocos poblados, quizĆ” por ser demasiado precarios, pero hay pruebas de la prĆ”ctica de la agricultura y el pastoreo, asĆ como de la presencia de caballos y carros de cuatro ruedas macizas. Los enterramientos solĆan ser inhumaciones individuales, aunque en algunos casos se dio la incineración. Los ajuares fueron muy uniformes e incluĆan un vaso, un Ć”nfora, Ćŗtiles lĆticos u óseos y hachas rituales para los hombres, mientras que las mujeres eran enterradas con objetos suntuarios en vez de armas. TambiĆ©n se diferenciaban los sexos acostando los cuerpos femeninos sobre su lado izquierdo y los masculinos sobre el derecho. PodĆa haber un pequeƱo tĆŗmulo o no, y en el caso de Dinamarca los tĆŗmulos contenĆan dos y hasta tres enterramientos sucesivos; en Polonia se mantuvo la tradición anterior de las tumbas-nicho en catacumbas.
La expansión del megalitismo
Dólmen de Anta Cerqueira, Couto Esteves, Portugal.
A partir del 3000 a.C., en Gran BretaƱa fueron siendo sustituidos los campos atrincherados anteriores por los complejos cĆrculos de ortostatos conocidos como henges.32 Hacia 2800 a.C. se alcanzó el punto Ć”lgido del megalitismo en Dinamarca y comenzó la construcción del cĆrculo de Stonehenge. Cerca del 2500 a.C. se llegó al clĆmax del megalitismo ligado al vaso campaniforme (ver supra) en la penĆnsula ibĆ©rica, Francia, Alemania y las islas britĆ”nicas, con la construcción de centenares de pequeƱos cĆrculos de piedra en Ć©stas Ćŗltimas.
VƩase tambiƩn
- CalcolĆtico en la penĆnsula ibĆ©rica
- CalcolĆtico en Mesopotamia
- Edad del Bronce
- Edad de los Metales
Referencias
- GonzƔlez MarcƩn, Lull y Risch, 1992, pp. 57-58.
BibliografĆa
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Enlaces externos
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- Los Dólmenes - El CalcolĆtico en Valencina de la Concepción
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